Mientras existas...

A veces, que me ha entrado la tentación de intentar olvidarte, por y para siempre, me he detenido a pensar en todo lo que nos une y todo lo que nos separa. Si lo escribiese en dos columnas, la de lo que nos separa sería inmensa, tan larga que casi podría ir a tu encuentro caminando sobre ella. En cambio, para la columna de lo que nos une, me bastarían un par de líneas…

Claro que, aunque pareciese después lo lógico que hubiese intentado olvidarte, precisamente ante esa evidencia, es lo que me hace saber que no podría olvidarte nunca y que es absurdo que lo intente.

Mientras existas, sabré que hay alguien que me complementa.
Mientras existas, sabré que a mi impaciencia y a mis nervios los refrena tu calma,
que a mi mal humor se contrapone tu alegría,
que tú siempre podrás contar conmigo en tus días malos para oírte y abrazarte,
que tu dulzura me hace menos arisca.
Mientras existas seguirá habiendo tierra bajo mis pies y cielo sobre mi cabeza.
Y yo seré feliz y te seguiré queriendo…