30 de noviembre de 2009

Immer



Hoy te miré, nos vimos y te besé,
y supe que quería estar contigo
veo cada día con los pies en la tierra
como crece algo muy adentro,
como una estrella radiante en mi pecho
que brilla y me ilumina
y late y vive, y lo siento
lo respiro y lo admiro
porque es algo tan intenso
que me alegra, y me asusta
me hace feliz, y me hace temer
confío en que mi corazón no me miente
y que tus labios son sinceros
sé que tus miradas son ciertas
y tus manos no me engañan,
cada vez que recorren mi cuerpo
pues algo tan verdadero es cierto
que desde el principio fue lo que fue
incluso sin ser voluntario, ya era
era lo que dos corazones tanto anhelaron
y que llegó como la lluvia
a mojar y refrescar un suelo cansado
llegó tu amor a sanar un corazón herido
que sufrió engaños y malentendidos…
hoy entendí que tocarte es quizá
la razón de mi universo
y todo lo que hemos vivido.

1 comentario:

Daniel dijo...

¡Felicidades! Un cambio radical en el contexto; ya no se nota un deseo frenado, sino un incontenible caudal. Enhorabuena y sigue así.

 

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